Tannat en perspectiva
Una mirada hacia el futuro de nuestra variedad insignia
Por | TIERRA DE TANNAT

DEL VIÑEDO A LA COPA | Desafíos y oportunidades para el sector vitivinícola
"Uruguay ha desarrollado un extraordinario conocimiento y aplicación de la identidad de las uvas Tannat y sus vinos. el conocimiento nos posiciona en el liderazgo de una variedad que el mundo cada día aprecia más y por tanto nos abre oportunidades de nuevos mercados"
En nuestra primera entrega "¿Por qué Tannat?" de la mano de Estela de Frutos, abordamos los orígenes e historia que nos vincula con nuestra variedad emblemática. En esta oportunidad nos planteamos una mirada hacia el futuro para tratar de entender el porvenir del tannat y la vitivinicultura uruguaya en general. Partimos de algunas interrogantes que de la mano de tres expertos de la industria intentaremos responder para acercarnos a una perspectiva con desafíos tan grandes como las oportunidades que ofrece. Conversamos con el Enólogo Ricardo Cabrera (Presidente de INAVI), Nicolás Monforte (Director de Bodega Colorado Chico | Director de INAVI | Proyecto Nakkal) y la Sommelier Adriana Nuñez.
La producción vitivinícola en Uruguay ha experimentado en las últimas décadas un crecimiento sostenido, una evolución en la calidad de sus vinos y diversificación de estilos y variedades. Por supuesto el Tannat no ha estado ajeno a este fenómeno Hacia adelante, Uruguay enfrenta desafíos propios de la naturaleza de la actividad, la estrategia comercial y su competitividad que, si logra canalizar inteligentemente, le presentarán oportunidades de expansión con sustento en la calidad y la singularidad de su variedad ícono.
Uno de los factores claves, es poder diferenciarse en el mundo a través del tannat. Así nos los explica el Enol. Ricardo Cabrera: "Uruguay ha desarrollado un extraordinario conocimiento y aplicación de la identidad de las uvas Tannat y sus vinos. A lo largo del tiempo, los Enólogos 'domesticaron' los procesos de plantación a través de las mejores selecciones clonales y portainjertos, de acuerdo al terroir de cada zona, paraje o región y concomitantemente los procesos enológicos en el diseño de los vinos. Hoy día no puede haber referencia a un solo Tannat, sino a varios: más dóciles, amigables, y también portentosos además de tintos en su mayoría, espumosos o rosados. Esta breve referencia que exalta el conocimiento nos posiciona en el liderazgo de una variedad que el mundo cada día aprecia más y por tanto nos abre oportunidades de nuevos mercados. Ahí está marcada la diferencia, a partir del momento de la transición de la vieja Harriague a las nuevas etapas".
Es ese bagaje de conocimiento y experiencia el que le permite a Uruguay entender como nadie al Tannat. Sin embargo, ya no sorprende encontrar Tannat de bodegas dentro y fuera de la región. ¿Cómo analiza el crecimiento de otros países productores de nuestra variedad? ¿Representa una ventaja o un desafío?
RC: Es sin duda ambos extremos. Una ventaja porque los países productores han visto a partir de Uruguay la excelencia de la variedad, lo que implica el desafío de crecer en calidad, demostrando que lideramos en conocimiento.
Desde luego, para lograr un posicionamiento sólido en el mundo que jerarquice a Uruguay como productor de vinos de calidad, requiere de perfeccionamiento constante puertas adentro. Al respecto, Nicolás Monforte nos aporta su visión.
¿Dónde ves los mayores retos para la industria, pensando en un tannat cada vez más competitivo en el mundo?
NM: Hoy creo que estamos en un nivel en los Tannat que son fantásticos. Estamos diferenciando los grandes Tannat por regiones dentro de Uruguay y ese es el reto que veo hoy en el mercado interno. Para el ámbito internacional, la constancia de producto de las empresas líderes no son un problema pero si para las medias y chicas. Nuestro tannat para el mundo es un producto de nicho, sobre todo por un tema país. Atacar un nicho y establecerse en él, son cosas de largo plazo. Dependiendo de que gama de Tannat se enfoque el objetivo, los retos son distintos. En las gamas más bajas es un tema de costos que como país chico, tenemos un montón de insumos (botellas, corchos, etiqueta, mano de obra) más caros que cualquiera de los países que podemos compartir góndola, y cuando vamos a los tope de gama donde el precio del vino no hace una diferencia, las estrategias y las inversiones en campañas de marketing y posicionamiento de las marcas a nivel internacional, son muchos mas grandes y efectivas que cualquiera de las bodegas uruguayas.
¿Que desafíos enfrenta una bodega local, para desarrollar un enfoque exportador y acceder a mercados en el exterior de manera sostenible?
NM: Creo que el mayor desafío que enfrentan las bodegas locales hoy es el confort del mercado interno, un 90% del vino que se produce se vende en mercado interno a nivel general. Hoy las bodegas que están empezando o tienen la idea de exportar, no tienen un export manager, cuando si tienen un agrónomo para viñedos y un enólogo para elaboración, es parte de una transición y una apuesta que les ha costado hacer o asumir. Esto es parte de ser bodegas familiares donde las estructura de trabajo queda en la familia y termina siendo la debilidad. Este es el punto que de mi parte influye más y que está empezando a cambiar para bien. La exportación y el seguimiento de los productos con el importador son lo que hacen que el trabajo se vuelva sostenible, con un producto que acompañe -obvio-, por eso hago hincapié en el trabajo de profesionales en esa área.
Otro elemento fundamental, como parte de la estrategia de desarrollo de la actividad vitivinícola uruguaya, es la cultura. En este sentido, la comunicación como fomento a la difusión, la promoción y la educación hacia el consumidor, desempeñan un papel indispensable. Sobre este aspecto conversamos con la Sommelier Adriana Nuñez.
¿Cuál es el rol a cumplir para el Sommelier como profesional del vino, de cara a un mejor posicionamiento del Tannat en el mundo?
AN: El Sommelier, como intermediario entre el productor y el consumidor, es el encargado de comunicar, promocionar y explicar todo lo relativo al mundo vitivinicola. En el caso particular del Tannat, como nuestra cepa insignia, hoy por hoy se puede afirmar que ha logrado un gran reconocimiento y presencia internacional por la gran calidad de nuestros caldos y es tarea fundamental del Sommelier mantener y aumentar la difusión de todos nuestros vinos, y en particular de la Tannat
-en sus distintos estilos de vinificación- en ferias vitivinicolas, concursos internacionales, salones del vino, etc. De igual modo, sin olvidar el mercado interno, acercándonos al consumidor, conociendo sus preferencias, incentivando las ocasiones de consumo a través de distintos eventos tales como: catas a ciegas, cenas de pasos, tour por bodegas, etc. Pues también hay que tener en cuenta que en el mercado interno tenemos turistas que degustan, compran y recomiendan nuestros vinos en el Mundo.
¿Cuáles son los desafíos propios de la profesión para avanzar en esa dirección?
AN: Los desafíos son varios: formarse constantemente. El título de Sommelier es sólo el punto de partida, luego es conveniente avanzar en los siguientes niveles de conocimiento, viajar, conocer otras realidades de primera mano -suelos, bodegas, métodos de vinificación, etc-, concursar, ser jurado en concursos de cata internacionales. En fin, hay mucho por explorar.
Por último, y desde tres enfoques diferentes que se complementan en el objetivo común de poner en alto a los vinos uruguayos, quisimos conocer la perspectiva de los tres profesionales consultados sobre el futuro vitivinícola del Uruguay en un entorno fuertemente competitivo.
¿Cuáles son los factores claves para una estrategia que le permita a Uruguay, destacar entre competidores regionales bien posicionados en el mundo?
RC: De alguna manera un compendio de lo que mencioné líneas arriba. Seguir evolucionando en el proceso productivo, buscando los clones y portainjertos adecuados en pro del diseño de los vinos, continuar en la estrategia del conocimiento de nuevas variantes en un producto tan versátil. Tannat es una 'caja de sorpresas' en la medida de las innovaciones que pueden lograrse.
NM: Hoy los factores claves son el Tannat como bandera insignia, Uruguay como boutique de vinos de calidad y los nuevos blancos donde toma la posta el Albariño. En tema de estrategia se está haciendo un buen trabajo con los críticos internacionales, donde los puntajes vienen resaltando y mostrando que estamos a la altura y en muchos casos por arriba que nuestros competidores. La participación en las ferias de vinos internacionales, es uno de los factores que se les hace foco desde las bodegas y también institucional (INAVI). Se está trabajando con formadores de opinión internacionales -periodistas, influencers, y críticos-, factor que permite llegar a varios segmentos de potenciales consumidores internacionales.
AN: La respuesta es muy simple y muy compleja a la vez: tener una identidad propia, una marca país como ya lo es el Tannat, y mantenerla, lo cual en mi opinión se logra al respaldar la producción nacional, cuidar los viñedos como patrimonio cultural, organizando eventos de difusión y por sobre todo, escuchando siempre al cliente/consumidor que es el destinatario de todo nuestro esfuerzo y vocación.
En el conocimiento adquirido están las bases sobre las cuales proyectar un porvenir virtuoso, no exento de retos. Nuestro potencial radica en lo que sabemos y tanto más en lo que podemos descubrir, siendo innovadores y explorando nuevos perfiles. Así mismo, parece evidente que la pertenencia cultural es un valor diferencial que adquiere una dimension central en la comunicación y la transmisión de cómo el vino nos representa, haciendo del Tannat nuestro rasgo más distintivo.
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